Si bien el cappuccino, el latte y el café con leche tienen como factor común la leche, estas tres bebidas tienen elementos que la diferencian y vuelven más adecuada para diferentes ocasiones.
Por ejemplo, mientas el cappuccino y el café con leche se deben servir en tazas, el late puede ser servido en un vaso.
De otro lado, el expreso es la base de las tres bebidas, aunque en el café con leche hay quienes suelen hacerlo con café pasado.
En el caso de la leche, es recomendable que esta sea fresca y texturizada, para que agregue cuerpo y textura a nuestra bebida.
Qué contiene este artículo:
¿Cómo se texturiza la leche?
La texturización es un proceso que se puede hacer de distintas formas, aunque básicamente su objetivo es añadir oxígeno a la leche.
Si cuentas con una máquina de expreso, puedes realizar este proceso colocando la jarra con leche debajo de la lanceta y añadirle vapor de agua poco a poco.
Ten cuidado con usar más de la medida recomendada, ya que cuando esta emulsione en la jarra y se produzca un efecto de remolino, podría derramarse cuando aumente de tamaño.
Si no cuentas con una máquina de expreso, puedes hacerlo con una jarra espumadora de leche o hasta con una prensa francesa, pero el resultado puede ser menos espumoso que la primera opción.
Además de proteínas, elemento responsable de las esferas de aire, la leche contiene grasas, lo cual genera una sensación suave en el paladar y el cuerpo que degustamos.
¿Cómo se prepara el capuccino, latte y café con leche?
Capuccino
Se cree que el capuchino nació después de la Segunda Guerra Mundial en Italia. Así, un dato curioso proveniente de Europa es que el nombre de esta bebida se debe a que su color era similar a las túnicas que de los monjes Capuchinos.
Actualmente, es una bebida reconocida por la Asociación de Cafés Especiales y su Campeonato Mundial de Baristas, quienes la definen como: “la combinación del fuerte sabor de un espresso con espuma de la leche”.
En su presentación, la espuma de leche que contiene un capuchino puede ser seca o aterciopelada. En el primer caso, las burbujas serán grandes; mientras que en el segundo caso las burbujas son tan mínimas que no se notan.
Preparación
- Las medidas recomendables para preparar un buen capuchino son de 1/3 de café espresso + 1/3 de leche al vapor + 1/3 de espuma de leche. Esto significa que los tres elementos deben tener proporciones iguales.
- Lo más recomendable es servirlo en una taza de cerámica de 150 a 180 ml. precalentada. De forma opcional, algunos consumidores le agregan chocolate finamente rallado o canela en polvo sobre la espuma.
Latte
Se cree que esta combinación tiene un origen americano, aunque algunos lo relacionan más a uno italiano. Como quiera que sea, lo cierto es que esta bebida también es conocida como caffe latte (en italiano) o café con leche (en español).
A diferencia del capuchino, el latte tiene un sabor más suave, pudiendo servirse en un vaso resistente al calor o en una taza. Además, esta bebida nos permite practicar el famoso latte art o vertido libre o arte del café con leche, que consiste en la creación de diseños con la espuma de leche (lograda en una jarra espumadora de leche) y el movimiento técnico de las manos y brazos.
Preparación
- Para lograr un latte perfecto, te recomendamos usar: 1/3 de café espresso doble + 2/3 de leche texturizada + 1 cm de espuma de leche.
Café con leche
Si bien su origen es algo difuso, pues se cree que el “café con leche” tiene un origen en Australia o Nueva Zelanda, lo cierto es que la clave para un buen café con leche es la textura de la leche.
La espuma de leche que se genera después de esta “texturización” debe ser muy ligera, para que tu paladar sienta que estás tomando un “café latte”, pero con menos espuma de leche. Sin embargo, en la práctica muchos consumidores sirven esta bebida con leche fresca sin texturizar ni mucho menos espuma.
Preparación
- Las porciones recomendables para preparar esta bebida son: 1/3 de café espresso + 2/3 de leche calentada al vapor + un poco de espuma de leche (este último es opcional).
